flash object embedded here		Le Corbusier y Diego Rivera se visitan 30 veces En colaboración con Rafael Ortega 16 mm transferido a DVD (10 min) 2008

Sobre esta obra
Le Corbusier y Diego Rivera se visitan 30 veces es una filmación a doble pantalla de un encuentro imaginario (que jamás ocurrió) entre Diego Rivera y Le Corbusier. Ambos coinciden sobre dos espacios modernos pero contrarios en sus formas y funcionalidad, construidos por Juan O’Gorman en diferentes períodos, la Casa-Estudio de Diego Rivera y el Anahuacalli.

Diego Rivera, quien ejerció influencia extrema sobre el arte mexicano de la primera mitad del siglo XX además de contar con un activo pensamiento político de izquierda, mantuvo una estrecha relación con la arquitectura no solo diseñando edificios, sino también escribiendo postulados y críticas sobre el desarrollo de la arquitectura en México, cuestionando reiteradas veces a muchos arquitectos mexicanos, que a su juicio, solo transplantaba edificios europeos modernos sin interpretar el espíritu, la herencia, el clima o el pensamiento mexicano.

Muchos de esos arquitectos fueron influenciados en su momento por Le Corbusier quien, a pesar de las escasas obras que firmó en la región, ejerció notable influencia en las ciudades universitarias de México y Caracas, además de innumerables edificios públicos y desarrollos urbanísticos en el continente.

Luego de encendidos escritos sobre el tema, Rivera finalmente le propone a O’Gorman realizar la ciudad de las artes comenzando por el edificio Anahuacalli, involucrando el pensamiento mexicanista y el socialista dentro de los postulados de la arquitectura orgánica y moderna, confrontando además con ello los principios corbusianos implantados por el mismo O’Gorman en la Casa-Estudio años antes.

Latinoamérica tenía espacio, escasas e inadecuadas infraestructuras, iniciativas y dinero, fue por ello el sitio adecuado (junto a la creciente California de esos años) el lugar soñado para toda experimentación de ideas modernas.

Sin embargo la mayoría del legado moderno en la región es continuamente cuestionado por la actual saturación de esos espacios y edificios, y el frecuente divorcio que hubo entre el pensamiento moderno y las repetidamente caóticas condiciones latinoamericanas.

En este trabajo tanto Le Corbusier como Rivera están representados continuamente por personas tomadas del centro de la ciudad de México, principalmente pertenecientes a las clases trabajadoras responsable en su momento de la construcción de ambos espacios y principal beneficiario de la inconclusa ciudad de las artes en la que solo se erigió el Anahuacalli.

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